Para los griegos de la antigüedad la filosofía era un todo, sus grandes maestros estudiaban no solo las relaciones humanas, o políticas, si no que también abarcaba la mayor parte de las disciplinas científicas de la época, es, curiosamente, ésta faceta la menos conocida, y por desgracia a no ser que se produzca un nuevo descubrimiento que arroje un poco de luz sobre el tema, continuará siéndolo...
Para todos aquellos que pensáis que no es posible encontrar nada nuevo sobre el pensamiento del mundo clásico realizo esta entrada, con la intención de daros esperanza...
Y si hay un exponente de ese mundo, tan mal interpretado como difamado, es sin lugar a dudas Epicuro de Samos...
Nacido en Samos el año 341 a.C. A los diecisiete años marchó a Atenas a cumplir el servicio militar. Cumplido éste y tras diez años dedicados al estudio de la filosofía, comenzó a enseñar en Mitilene, de donde fué expulsado (310 a.C.) probablemente por un problema de ''overbooking'' de filosofos, finalmente regresó a Atenas donde fundó ''El Jardín', su propia escuela; ésta era además de una escuela filosófica, una comunidad de amigos, traído a nuestra época sería algo así como una comuna ''hippie'', se contaba entre sus miembros hombres y mujeres libres y esclavos, ya era raro para la época enseñar a esclavos, ¡¿pero además a mujeres?!, ¡Pues si!, murió en Atenas a los setenta años de edad, después de una larga vida para la época...
Desgraciadamente de sus escritos nos queda muy poco, unas pocas cartas, y algunas máximas morales y fragmentos de texto que de manera relativamente reciente, el vaticano, tras considerar que ya no constituían un peligro para la moral del mundo católico, soltó a finales del siglo XIX, algunos textos (sentencias vaticanas).
Su filosofía por resumirla en unos pocos puntos sería la siguiente:
1º- La existencia del ser humano está dirigida, básicamente, a la búsqueda de la felicidad.
2º- La felicidad se consigue a través del placer y la ausencia de dolor.
3º- Al placer absoluto solo se llega a través del conocimiento
4º- Acepta como buenas las teorías sobre el mundo de los atomistas.
5º- Niega los sistemas políticos, y la dedicación a la actividad política.
6ª- Su ateísmo no parte de la negación, si no de la indiferencía..
Dos sentencias: << Si dios prestara oídos a las súplicas de los hombres, pronto todos los hombres hubieran perecido, porque de continuo piden muchos males los unos contra los otros>>, y...<<Las virtudes se eligen precisamente por el placer, no por sí mismas, como la medicina por la salud>>
BIBLIOGRAFIA: EPICURO, Alianza Editorial, Carlos García Gual.
EPICURUS EL SABIO, Eds. ZINCO, Loebs y Kieth.
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